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Tag: Relatos

Marcos, el tren y la gente

El tren atropelló a un señor hoy. Fue cerca de las 17.03, y yo estaba en ese tren. El camino que lleva al Oeste es largo, y el tren que lo transita es famoso. Lleva nombre de prócer, como todos; no sé por qué ni me interesa saberlo. En otros tiempos y por otros motivos viajé mucho en tren, y así como cariño, adopté también cierto recelo para con el…

Cosa de chicos

Yo tendría más o menos doce años. Por aquella época estaba en el aire “Grande, Pá!”, una sitcom de baja calidad que era muy popular, y a mí me gustaba. O tal vez no me gustaba. Y es que a mí, en realidad, me gustaba una de las “chancles” (una de las tres hijas de, justamente, el padre). Me gustaba, y bastante. Y tanto me gustaba que utilicé todos los…

Escribir

Primero no hay nada. Después, en un segundo, como dice Paul Auster, la historia está ahí, adentro de uno, y no hay nada que hacer. Papel, lápiz, máquina, teclado, grabador, o lo que sea, y se empieza.Y de ahí en más, la obsesión y el trabajo duro. Y en lo posible, no descansar hasta terminar (siempre dependiendo de la longitud esperada de la obra, claro). Las ideas vienen en mareas,…

Cero ochenta

“Ochenta” pide. Porque cuesta ochenta el boleto. Centavos, digo. De colectivo, sí claro. El subte cuesta menos y es más lindo, pero a esta hora ya no hay, y si hubiera, igual no lo deja. El bondi es como los de antes, aunque no tiene trompa. Hace años ya que los bondis no tienen trompa. Pero este tiene el motor adelante, como hace años que no se ve. La cara…

Una teoría

Hay una teoría: a todos los que –bueno, a todos todos no, pero al ochenta, noventa por ciento– convivieron mucho tiempo, y un día deciden casarse, les va mal al poco tiempo. Yo no sabía, me contó la señora del súper. La señora que estaba detrás de mí en la fila, mientras esperábamos para pagar en el súper del barrio. Que en realidad no me lo contaba a mí, sino…

Un gemido

De cómo duele a veces. De cómo la cara no dice nada, y se llora por dentro. De cómo duele y sangra, y el afuera no se entera, y la misma máscara de siempre, y ser fuerte y sonreír. De cómo se puede hacer todo mal inevitablemente, y llorar por ese karma. De cómo lastimar al ser querido, y querer al lastimado. De cómo hacerse daño sin remedio. De cómo…

Nenia

La escuché antes de verla. Era un sonido desesperado, visceral, emocional, nacido de la necesidad. Me di vuelta y la busqué con la mirada. El sonido siguió, iterativo, molesto, calando el nervio propio y el ajeno, corto y repetitivo, sordo, apagado para volver a nacer y morir. Cruzó una sombra en la tarde de sol, y entonces la encontré. Las nubes se paseaban impúdicas, y ella luchaba mientras contra quiensabequé,…

Presagio

Haría unos cinco o seis días que, a raíz de un evento fortuito, que terminaría sin más, yo estaba preocupado. Primero estuve preocupado simplemente, después estuve paranoico; tuve miedo, y estuve bastante nervioso. El asunto, como dije, se resolvió, hace ya cuatro días. Sin embargo, yo seguía inquieto.La sensación era de ansiedad, de algo por venir, de algo que estaba por pasar. De algo que estaba por pasarle, más precisamente.…

Despertares

El sol mordía el asfalto cuando despertó. Primero un ojo y después el otro, siempre es así. Y automáticamente todo giró de nuevo, como había girado la última vez que había tenido los ojos abiertos. Como gira la vida todo el tiempo, con los ojos abiertos o cerrados (es difícil mirar a la vida a los ojos) El regusto a muerte en la boca le recordó algo. Le recordó a…

Luro

En Villa Luro vi la nieve, esa que sacó a toda la gente a la calle, y nos hizo a todos muy felices y hermanados, al menos por unas horas. Ese evento histórico en la historia de la ciudad de Buenos Aires; y vi también el humo, el que inundó la ciudad y el subte, y nos hizo toser y llorar, y el solo se nubló, y algunos usaron barbijos,…